Una docena de PechaKuchas, conmemorada con una docena de huevos en el cartel, con once presentaciones a cargo de quince personas que se subieron a la tarima, todos en 20×20, 6’40», cuatrocientos segundos. Números y más números, tras los que hubo emoción, nervios, timidez, ilusión, olvidos, silencios incómodos, excitación, pasión, … Hubo mucho, se vivió en directo, en unos días se revivirá, más o menos, en vídeo y hoy lo resumimos con palabras y fotos.

Como de costumbre la noche comienza puntual con un presentador que estuvo particularmente gritón, disculpas, lo achacaremos a la liberación de utilizar por primera vez un micrófono estilo-madonna. Tras una introducción breve aunque no lo suficiente subió al escenario Sole, una veterana del evento, acompañada por su mudo acompañante Antonio, Versos que supieron, saben y sabrán a Gloria. Siguieron Lutton y Sonia, Lutton lleva con nosotros desde el volumen I pero siempre detrás del objetivo, le ha costado ponerse al otro lado pero la espera ha merecido la pena. El tercero en el orden del día era Chucho con un relato tan honesto que no importó que se le olvidase el guion, se acuerda de su propia vida. Con María Eugenia nos dieron a todos ganas de dejar lo que estábamos haciendo para ir a leer, afortunadamente casi todos se quedaron un rato más para escuchar a Eduardo y Pablo, que con enorme soltura se cambiaban el micrófono (perdón por el fallo técnico) mientras les acompañábamos en su vuelta a España. Terminó la primera parte Lara, nos contó una historia de sexo, de conocerse, de conocerle, de vida y descubrimiento.

Tras el descanso y alguna incitación al consumismo atroz recomenzamos con un quinteto de tres personas, Rubén, José y Pedro con toda la arquitectura de Valladolid, ¿toda?, bueno, la interesante de la moderna. Ana María Iglesias Botrán estaba preocupada por los escasos cuatrocientos segundos así que llenó todos y cada uno de ellos de canciones e historias. Lucas demostró una gran puntería, de verdad que yo no lo sabía, y empleó su tiempo en descubrir un farsante y enseñarnos un elefante. El misterioso Sr. G siempre está siempre geolocalizado porque la fotografía puede convertirse en una afición de riesgo y la noche termina con el cambio de vida de Lisandro, une tu talento con tu pasión y ve por ello.

Se hizo un poco tarde por pequeños problemas técnicos así que sorteamos con celeridad las láminas que nos cedió el Sr. G y una camiseta, hicimos un poco de publicidad de nuestros patrocinadores (nos vendría bien alguno más, ¿te apuntas?) y despedimos el evento hasta la próxima, que será ya el 13, ¿cuándo?, no sé, decidmelo vosotros ¿quién quiere ser presentador de PechaKucha Night Valladolid v.13?

LAS CUENTAS CLARAS

Tras pasarme la mitad del volumen 12 como un charlatán de feria, pidiendo dinero y vendiendo cosas, es obligado rendir cuentas. Explicar eso de «PechaKucha no tiene ánimo de lucro, nadie cobra, pero conlleva unos gastos«.

Muchas gracias a todos quienes habéis colaborado de una u otra manera. Como veis hemos continuado contratar vídeo profesional, nos ha salido un poco más barato porque Laura García Serrano es una profesional excelente (si necesitáis vídeo, pedidme su contacto)
Gracias a MOI y Lutton Gant por regalarnos su trabajo de fotógrafo.