Mucho retraso en esta crónica, cuando ya estaréis esperando los vídeos, pero el evento merece que escriba unas palabras antes de terminar de editar. La preparación de la noche comenzó de día, aun lo era a las 18, constatamos que nos faltaba nuestra tarima pero una llamada lo solucionó, gracias a María y Fede, y es que cuando insisto en que PechaKucha no lo hace una persona sino una red es porque es así.

Solucionado con la ayuda de Juan colocamos el fotocol (poco caso le hacéis, caramba, eso debe cambiar), colocamos a nuestros patrocinadores y arrancamos con el loop de ciudades pechakucheras a las 19.30, antes que nunca, fueron llegando los presentadores, probando micros, todo en orden. Llega Dani con las flores que nos ha hecho su abuela (gracias), una cerveza tranquilo mientras el Pigiama se llena como en las grandes ocasiones. Y a las 20.20, puntual como casi siempre, el menda se sube a la tarima y dice aquello de «sonlasveinteyveintecomienzapuechakuchanigtvalladolid«

Comenzó la velada un Maestro de Ceremonias profesional, no como quien le presentaba, elegantemente ataviado Dani nos detalló cómo desarrolla su oficio, siguieron unas repetidoras, Sonia y Pilar, que un año después tienen un libro bajo el brazo, las aventuras de un ñu que quiere huir del Serengueti centran el videojuego que continúa la velada, y aunque Sergio no se iba por las ramas quienes fueron Al Grano fueron Noemí y Noelia, palabras e ideas a granel. Cerró la primera parte Alberto Sobrino, que escogió este nombre porque es el suyo y que siempre aprende de todo lo que hace.

Llegamos al descanso con múltiples agradecimientos, a nuestros patrocinadorers, Zyllan Fotografía, Arts Marina y JST Arquitectura, a 3A estudio por su labor de diseño y web, a La Manufactoría por obsequiarnos con dos camisetas.

Toda esta primera parte se hilaba con un reconocimiento a la escena musical local, desde los colectivos que organizan los conciertos a los grupos que tocan, pasando por una personal descripción del indie o el saludo al folclore, y la segunda parte comenzaba hablando de la música electrónica, inmejorable pie para dar entrada a los eléctricos Marta y Alberto y sus bits, continuaba una inusitada promoción de un cementerio, pero no es un cementerio cualquiera al que Javier quiere llevarnos a cavar, los Soñadores Marta, Edwin y Marta hicieron una presentación a tres bandas, con palabras, comida y rap para despedir la jornada con la música clásica más divertida y amena, la que Sole monta con los Tuba&Bones que nos sorprendieron con un final inesperado.

Una noche apasionante, no diré, claro que no, eso de «como siempre», sino como nunca, porque cada edición es irrepetible, 9 presentaciones sorprendentes e interesantes.

¿Te gustó?, ¿aprendiste o disfrutaste?, pues si quieres que haya un volumen 09 el próximo invierno, piensa tu historia y envía tu propuesta.

Fotos cortesía de Pedro Iván Ramos y Juan Represa. Gracias